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viernes, 5 de noviembre de 2010

Ambición.

Ambición. Parece extraño que la segunda nota que le agregue al blog sea en relación a esta palabra. Pero diversos acontecimientos me han hecho pensar mucho en el vocablo a comentar el día de hoy.
La Real Academia Española describe el término como un "deseo ardiente de conseguir poder, riquezas, dignidades o fama", mas esta acepción se queda corta, cuando nos enfrentamos a la práctica real de la palabra "ambición". En tu camino, te puedes topar con personas muy ambiciosas; unas que te motivan a alcanzar grandes logros y empresas, y otras, despiadadas y desmedidas.
Hace unos ocho años conocí a una chica, a la que bauticé como "trabajólica", por su severo empeño en conseguir más dinero, al tener tres empleos al mismo tiempo. ¡TRES! Se estaba haciendo daño físico, por la falta de sueño y la mala alimentación. Sin embargo, la muchacha, se convirtió en una imagen inigualable de lucha, esfuerzo, y ambición sana y respetable. Todo un ejemplo de coraje, que admiraré y me estimulará de por vida.
De igual modo, la vida me permitió compartir en un empleo con una diseñadora gráfico, que era la Mata de la Ambición "Maligna". Toda una actriz a la hora de armar una situación que le aventajara ante los demás. Sacaba dinero a montón, engordando los presupuestos de los diseños que realizaba. Mentía a cada segundo, todo lo premeditaba, y era capaz de cualquier cosa, con tal de obtener riqueza.
También, en una de las academias donde estudié actuación, escuché a un modelo decir que, él era capaz de acostarse con un viejo adinerado, si eso era necesario para alcanzar la fama que deseaba como actor. Casi vomité. ¡No lo podía creer! Como un pana podía caer tan bajo por convertirse en "estrella". Por cierto, una estrella que no brillaría nunca con luz propia, en caso de encenderse de esa manera tan despreciable.
Actualmente, desconozco el destino de los tres ambiciosos, pero como pueden leer, son varios los modelos de "deseos ardientes", por mencionar únicamente esos casos.
Yo - aunque considero que me ha faltado ambición para obtener más dinero y bienes materiales - creo que mis impulsos los he dirigido hacia el estudio y la superación, humildemente.
Sé que debo incrementar ese empuje hacia la obtención del codiciado billete, de la afamada fama y del deseado reconocimiento, pero entre estos ejemplos expuestos, sin lugar a dudas, prefiero elegir a la adicta al trabajo. ¡Claro! Con un empleo y uno que otro "tigrito" me basta. Tampoco voy a exagerar.
Mi mensaje: es importante ser ambicioso en la vida, pero también les recuerdo que todos los excesos son malos.
Saludos a todas y a todos. Buena vibra y feliz fin de semana.

Eiker David Romero.

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